La fabricación de maquetas es uno de los trabajos más antiguos que existen. De hecho, desde la construcción de las primeras edificaciones importantes en el antiguo Egipto, se utilizan las maquetas para representar edificios. Aunque el uso de las mismas ha ido evolucionando mucho a lo largo del tiempo.
Al igual que se han desarrollado nuevas técnicas para fabricar maquetas arquitectónicas, que ha pasado de ser un empleo totalmente artesanal a contar con la ayuda de las nuevas tecnologías. Como maquetistas profesionales, en Maquetas.tech conocemos todas las técnicas de fabricación de prototipos y estamos al día de todas las innovaciones tecnológicas.
Nuestro taller es uno de los más innovadores, ya que contamos con impresoras 3D y cortadoras láser que reducen los tiempos de fabricación. Por todo esto, somos capaces de entregar una maqueta en menos de un mes con todo lujo de detalles. Fabricamos todo tipos de maquetas, pero destacan las maquetas que se abren, ya que los acabados son hiperrealistas tanto en el exterior como en el interior.
Proceso de fabricación de una maqueta de edificio
La primera fase para fabricar una maqueta arquitectónica pasa por la comprensión de los planos del edificio y el escalado. Tras conocer las medidas exactas con las que representar el edificio se construye una maqueta de proyecto, se puede decir que esta primera maqueta es un borrador en tres dimensiones de la maqueta final. En ella, se corrigen los posibles errores del proyecto.
Posteriormente, se le va dando forma al edificio añadiendo las características estructurales (paredes, huecos de ventanas y puertas, etc.). Después de esto, se comienza a dar forma y texturas a detalles como el interior de la vivienda y la iluminación o incluso mecanismos de movimiento. Finalmente, se crea la ambientación exterior lo más realista posible.
Este es el proceso de fabricación de una maqueta de edificio básica. Sin embargo, existen muchos tipos de maquetas arquitectónicas que requieren un proceso más amplio y laborioso. Por ejemplo, en las maquetas de masterplan se utiliza una escala menor a la habitual. Además, la atención recae sobre el entorno, que adquiere mayor protagonismo que los edificios. Por eso, se pone un mayor esfuerzo en conseguir una base que represente el terreno real, realizando una maqueta topográfica a la que se añaden los edificios.
Maquetas con iluminación y mobiliario
Nuestras maquetas que se abren tienen el mayor nivel de detalle del mercado. La fabricación de este tipo de maquetas también es compleja, pero son las que garantizan los mejores resultados de cara a una presentación.
Para que una maqueta de este tipo cumpla sus funciones debe contener todos los elementos que pueden existir en el inmueble real. El proceso de escalado aquí es más complejo, ya que no sólo hay que recrear el edificio, sino también todos los detalles del interior, como el mobiliario y la iluminación. Las proporciones del mobiliario respecto a la superficie de cada habitación interior es una de las claves para que la visión sea realista. Esto también va a facilitar la comprensión del espacio representado por parte del cliente final, que no tiene conocimientos de arquitectura.
Existen varias formas de fabricar una maqueta que se abre. Lo que va a definir el proceso de fabricación y el resultado final es la apertura, que puede realizarse verticalmente (como un libro) u horizontalmente. El corte horizontal es mucho más interesante, ya que se puede observar la vivienda completa en un solo vistazo. Para las maquetas de viviendas unifamiliares es interesante realizar una maqueta que se abra por el tejado. Sin embargo, para una maqueta de un edificio, lo ideal es decantarse por fabricar una maqueta de plantas móviles.
¿Para qué se usan las maquetas que se abren?
Las maquetas de plantas móviles son perfectas para la promoción inmobiliaria. Se trata de maquetas que pueden convertirse en un espectáculo atrayente para todos los tipos de público que visitan las ferias del sector inmobiliario; esto ocurre gracias la inclusión de movimiento y realismo. De esta forma, cualquier persona puede llegar a entender un proyecto inmobiliario sin tener conocimientos de arquitectura.
Con la apertura de la maqueta el cliente final, comprador de vivienda, puede obtener una visión completa y en tres dimensiones de una vivienda que aún no se ha construido. Además, cuando el edificio real ya está acabado, las maquetas que se abren siguen siendo una excelente herramienta de venta en las inmobiliarias. El cliente se siente más atraído por un inmueble que puede ver y tocar en tres dimensiones antes que por una fotografía, aunque esta vista sea en miniatura.