El Panorama de Nueva York es una de las maquetas más grandes e impresionantes del mundo. Fue construida con motivo de la Feria Mundial de 1964, y en la actualidad se encuentra en el Museo de Queens, donde es la reina indiscutible. Y es que no hay otra forma mejor de ver la gran ciudad por completo.
Fue diseñada por el urbanista Robert Moses para el pabellón que la ciudad de Nueva York instaló en la feria. Los responsables de su construcción fueron Raymond Lester & Associates, que dedicaron más de cien profesionales y tres años a la fabricación de la maqueta. Se estima que el coste económico de la maqueta en la época fue del equivalente a unos cinco millones de dólares actuales.
Una maqueta de proporciones colosales
Esta maqueta arquitectónica ocupa más de 850 metros cuadrados, en los que se distribuyen los 895.000 edificios que contenía la ciudad hasta el año 1992, junto a sus calles, sus puentes y sus parques.
La escala que se pidió al maquetista fue de 1:1200, y se exigía tal nivel de fidelidad que tuvo que comprometerse a no superar un uno por ciento de margen de error en las medidas.
Los materiales utilizados en la versión original fueron madera, latón, plástico y papel, todo pintado a mano. Con las continuas ampliaciones y reparaciones se han ido incorporando otras técnicas más avanzadas como los materiales acrílicos cortados con láser.
Y es que desde el año 1964, una vez clausurada la feria, la maqueta siguió atrayendo la atención del público, por lo que gracias a aportaciones privadas, pudo mantenerse en buen estado y añadir algunos de los cambios físicos que se daban en la verdadera ciudad. En 1992 Lester & Associates fue de nuevo contratada para poner al día la maqueta por completo, reemplazando y reinstalando los edificios y elementos que precisaban cambios y mejoras.
Una de las características más especiales de esta impresionante reproducción es que desde su proyecto inicial incluía una serie de recreaciones ambientales que no hacían más que añadir espectacularidad al conjunto. Algunos de estos detalles son la inclusión de un sistema de luces que destacan numerosos edificios de la ciudad y pequeños aviones que despegan y aterrizan en el aeropuerto de Laguardia. También, un ciclo artificial de iluminación que simula un día completo en unos cuantos minutos y en el que destacan con pintura fluorescente los edificios al quedar en la penumbra nocturna.
En definitiva, el Panorama de la ciudad de Nueva York es la maqueta urbana a escala más grande del mundo. Está abierta a un público que se maravilla con sus proporciones y su realismo y que, además, puede comprar un edificio en miniatura del que recibe una escritura, y cuyo coste simbólico sirve para que colaboremos con el mantenimiento de esta pequeña gran ciudad.