Hablar de la arquitectura del siglo XX es hablar de Le Corbusier. Nacido en Suiza como Charles-Édouard Jeanneret-Gris en 1887, pasó la mayor parte de su vida en Francia, llegando a nacionalizarse francés en 1930.
Recibió una amplia y diversa educación artística que permite considerarlo pintor y escultor, aunque su faceta más reconocida es la de arquitecto y teórico de la arquitectura.
Representante de la arquitectura racionalista y del Estilo Internacional que abanderó junto a otros arquitectos esenciales como Ludwig Mies van der Rohe o Walter Gropius. Consideraba que el objetivo de la arquitectura era tanto generar belleza estética como ser funcional y repercutir de manera directa en la vida de las personas que la habitan.
Su obra constructiva y su amplia labor teórica supusieron una innovación conceptual de la arquitectura. Pues además de a levantar sus obras de arte (incluidas como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO) se dedicó a escribir tratados de arquitectura, fue editor de una revista y viajó por todo el mundo dando conferencias.
Maquetas que trascienden en la arquitectura
La obra arquitectónica de Le Corbusier fue muy extensa e internacional, pero aún lo fue más la producción de maquetas que supervisó, pues incluye proyectos que fueron construidos y otros muchos que nunca llegaron a realizarse.
En su taller, con él a la cabeza, se realizaron multitud de maquetas cuya concepción superaba la de una mera herramienta arquitectónica, llegando a ser consideradas como objetos de arte.
El profesor de la Universidad de Sevilla Miguel Ángel de la Cova ha realizado un estudio al respecto: “Maquetas de Le Corbusier: técnicas, objetos y sujetos”. Trabajo que ha sido premiado y publicado.
Se ha partido en el estudio de la revisión de unas 200 maquetas, tanto físicamente como en fotografía, ya que la gran mayoría no se conservan.
Su faceta como maquetista no hace más que ahondar en su sentido de artista total, pues la maqueta es el ejemplo perfecto de la síntesis de las artes que alcanzó el genial arquitecto.
La maqueta arquitectónica tal y como la conceptuaba Le Corbusier implica tanto la genialidad creativa, la concepción arquitectónica, la parte escultórica que aúna la plástica y la textura y la realización artesanal en la que se utilizaban diversos materiales como el yeso, la madera, el alambre, el papel , el cartón o la cuerda. Era el trabajo conjunto de muchos profesionales de su taller, lo que reafirma su importancia, lejos de poner en duda su autoría.
El escaso estudio de las maquetas de Le Corbusier en su conjunto queda redimido tras la publicación de este estudio que nos permite explorar la capacidad creativa de esta figura esencial en la historia de la arquitectura sirviéndonos de estas maquetas como vehículo.